Justicia social vs Justicia emocional

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Hola! Antes de que empecemos con este blog queremos asegurarnos que sepas los temas que vamos a estar hablando. A continuación estaremos tratando temas de salud mental, interacciones entre familiares y amigos de personas que hayan pasado por una situación de abuso, y temas entorno al trabajo psicológico y de terapia en la recuperación del trauma. Si alguno de estos temas te genera incomodidad, por favor sentite en libertad de saltear este blog. Tu salud mental es lo más importante.


Como humanos tenemos la “tendencia” a ser emocionales. Quizás más que tendencia, la manera de ser es emocional. La mayoría de nuestras decisiones a lo largo de la vida son determinadas en base a emociones y sentimientos. Esto no quita que las decisiones que tomemos necesiten en cierto tipo de situaciones una cabeza fría, para poder determinar cuál es la mejor decisión.

Al encontrarnos con situaciones de abuso, ya sea de un familiar cercano, un amigo, o hasta quizás un desconocido, muchas veces el instinto es decir: “Decime dónde está esa persona, que voy a ir a pegarle una piña (un golpe) en la cara”. Esto es totalmente natural, y no significa que está mal. ¡Para nada! Muestra un rasgo de empatía, frustración, y preocupación por la persona afectada. Lo que al mismo tiempo se dá, es que la persona que pasó por el abuso, el sobreviviente, queda en segundo plano. Se genera una prioridad en el abusador, en vez de priorizar las necesidades de la persona que fue parte de una situación de abuso.

Me sucedió múltiples veces, que al contar mi historia, las respuestas automáticamente iban hacia: “¿Está preso el señor?” o “¿Hiciste la denuncia policial?”. Si bien entiendo por qué esas preguntas eran parte de la conversación, muchas veces se sentía como que de un momento a otro, la confianza depositada en esas personas, quienes estaban escuchando mi historia por primera vez, se convertía en un interrogatorio en el que realmente yo me convertía en el villano por no haber logrado que mi abusador esté detrás de rejas. Este tipo de interacciones terminó logrando que no quieras compartir mi historia a menos que esté seguro que la otra persona no iba a “atacarme” o empezaba a “defenderme” de ante mano para explicar que no era tan simple llevar a esta persona presa.


Es muy importante entender la diferencia entre Justicia social vs Justicia emocional. Nuestras emociones muchas veces salen corriendo tras la justicia social. Intentar que a otra persona no le pase lo que le pasó a uno mismo, o a esa persona que uno quiere defender; pero la realidad es que si una persona logra abrirse para contarte sobre su situación de abuso, es probable que esté derribando muchos mecanísmos de defensa internos que están en alerta intentando advertir que no lo haga. Hablar sobre este tipo de temas no es nada fácil, y no lo digo por mi mismo, sino porque es un desgaste emocional. Luego de muchos años de terapia, y de búsqueda de herramientas me siento en una condición que me permite compartir mi historia, pero no significa que hablar del tema no me genere todavía algunos sentimientos extraños.

Son heridas que han cicatrizado, pero no han desaparecido. Jamás van a desaparecer. Son parte mía. No hay nada que pueda hacer para eliminar ni las experiencias, ni las memorias. Lo único que se puede hacer es trabajar para ser la persona más sana emocionalmente.

¿Cómo puedo ayudar a alguien que tengo cerca mío que me habla sobre su experiencia? Presencia. Presencia. Presencia. No puedo repetirlo la suficiente cantidad de veces. Estar para la otra persona. Inclusive cuando esto significa estar en silencio y compartir tiempo, lágrimas, silencios, comidas, o inclusive enojos. En segundo paso, se puede llegar a la justicia social (siempre y cuando sea de la manera correcta y sin cometer címenes), pero existe el tiempo y el lugar para los mismos.

El orden de prioridades es fundamental a la hora de estar presente para aquellas personas que amamos. Inclusive, es un ejercicio que es útil en la vida de todas las personas, pero mucho más en situaciones de este tipo. Cuidar a la otra persona es mucho más importante, que salir al ataque.


Muchas gracias por estar aquí y ser parte de este blog. Sin duda el apoyo que he recibido al empezar este proyecto es inmenso. ¡Nos vemos la próxima semana!

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